¿Qué pasó con River?

Tras confirmarse, finalmente, el descenso de categoría muchos nos sorprendemos, pero ¿cómo ha podido llegar a esta situación esta majestuosa fábrica de futuros jugadores que probablemente acaben en Europa, jugando en los clubes más reconocidos del viejo continente?

Pues resulta difícil de creer, pero ‘los millonarios’ cómo así se les apoda, aunque hoy podría ser una buena mofa, no tienen ni un dólar, increíble pero cierto. A día de hoy se encuentran en una situación económica francamente difícil y con una situación deportiva nada alentadora, que parece abocada al fracaso. Aunque tanto simpatizantes como contrarios han de esperar su regreso a la división más importante de Argentina, porque todo equipo necesita un rival eterno, ese derbi tan ansiado desde la jornada uno, siempre se les desea ganar año a año y por mucho que entre Boca y River exista esa extrema rivalidad, por el bien del fútbol argentino, de cara al exterior, sobre todo, se les espera muy pronto en primera división.

Pero, está claro que es muy difícil de comprender la situación, cuando desde aquí pensamos en equipos argentinos, pensamos en ventas notables hacia equipos europeos, en grandes beneficios; River no ha sido menos en los últimos años, tenemos numerosos ejemplos; Aimar (14M€), Falcao (5,5M€), Bounanotte (4,5M€), Lamela (14M€), Higuaín (13M€), con estos simples y más que conocidos ejemplos sumamos más de 50 millones de euros, no está nada mal para invertirlos en nuevos refuerzos.

Un equipo que ha ganado, la friolera de 33 campeonatos nacionales, 2 Copas Libertadores, 1 Copa Intercontinental y que, además, ha sido subcampeón en otras 25 campañas ligueras. Se trata, sin duda, de un club histórico que a día de hoy pasa por una de sus peores crisis, ya que ha dejado el honor de no haber descendido nunca a segunda división sólo a Boca Juniors e Independiente.

Mención aparte tienen los numerosos altercados que han tenido lugar durante esta temporada y sobre todo en esta eliminatoria por salvar la categoría ante Belgrano, un equipo que ha conseguido imponerse a los porteños en el partido de ida en Córdoba (2-0) y empatar en el de vuelta (1-1) para así conseguir el sueño de jugar la próxima campaña en primera división y, en consecuencia, hundir a sus rivales para alegría de muchos y pena de otros tantos.

A pesar de todo esto, ninguno de los altercados, problemas, insultos o amenazas de muerte, por supuesto, están justificadas. El fútbol es un deporte, una forma de divertirse, pero a pesar de que sientas esos colores, de que tus sentimientos hacia esa entidad sean muy fuertes, no se ha de caer en la locura, en el fanatismo absoluto, llegando a altercados continuos ante policía o ante jugadores que meses atrás animabas como un león. Pensemos con sensatez, que si el trabajo o la vida diaria pueden llegar a ser, y normalmente son, asuntos muy difíciles, no la hagamos nosotros más aún.

Es normal que la afición esté resentida, pero también ha de pensar que son cosas que pueden pasar y que su equipo les espera para retornar de nuevo y con más fuerza, por algo la afición es el jugador número 12 y por algo también debería de ser uno de los emblemas más importantes de los equipos, sin ir más lejos, en España se le entrega un galardón a la mejor afición.

Por otra parte, también es verdad que habrá que ver como se conforma la plantilla de cara al año próximo, ya que podemos esperar una buena desbandada del equipo, pero sin duda alguna con ánimo, aliento y fuerza desde las gradas, River volverá muy pronto a darles grandes alegrías. ADG