Grecia investiga como escaquearse

El ministro de economía del país heleno, Evangelos Venizelos, ha confesado a los distintos diputados de su cámara que Grecia tiene tres posibles formas de ‘salir’ de la situación tan delicada en la que se encuentra.

 

La primera de ellas sería desembarazarse a la torera del 50% de la deuda, algo que seguirá excitando la ya maltrecha relación entre la UE y Grecia.

 

La segunda de estas opciones sería la implantación de un segundo rescate, ya acordado desde julio entre Grecia y los prestamistas y cifrado en 109.000 millones de euros.

 

La tercera y última solución sería un default ordenado o desordenado, lo que desencadenaría una salida voluntaria o forzada de la Unión Monetaria.

 

En resumen, que la situación en Grecia cada vez es más estresante para los helenos y desde la UE empiezan a impacientarse, y lo que les debería de preocupar más a los griegos, Alemania se está enfadando y mucho.

 

El país germano se está empezando a oler alguna estratagema desde Grecia y no han asegurado su participación en un hipotético segundo rescate, lo que podría desembocar por decirlo de alguna manera en una crisis, y esta vez no financiera, en el seno interno de la UE. Además, la población alemana no está a favor de seguir enviando dinero por si desde el Gobierno se tuviese alguna duda.

 

Desde España nos mantenemos en silencio, para variar, bastante tenemos, al igual que Italia. Pero podríamos ir tomando nota para un futuro, ya que no estamos para alardear de salud financiera y deberíamos de ir pensando en medidas y dejarnos ya los parches, si pretendemos realmente no ser rescatados.

 

La crisis a nivel mundial no es algo nuevo, la crisis de la Unión Europea, si lo es, y eso enerva mucho a la sociedad y, en especial, a la de aquellos países que cuentan con un poder financiero más potente y que, al fin y al cabo, son siempre los que han de repartir a los demás.

 

La salida de Grecia de la UE sería la peor noticia para un país ya bastante mermado y que quedaría abocado a una deriva y sin rumbo de la que podría no salir, una bancarrota continua de la que solo la UE se podría hacer cargo. Como suele pasar últimamente en política, nos toca esperar, pero más les vale pagar. Por el bien de todos. ADG